domingo, 17 de agosto de 2014

COMO EN CINEMA PARADISO

 ¡Ampay!
Si algo hay que destacar en el accionar de los seguidores de la pareja presidencial es que los varones están con las gónadas recontramovidas; el poder se las ha acelerado...

Primero fue el actual ministro de trabajo y ex presidente del congreso: la patrona de la casa fue pillada vía un audio cuando ajustaba a la otra, una contorneada funcionaria, engreida del congresista. Lo interesante fue que con el oportuno audio le quitaron las ganas al susodicho de pretender reelegirse en el cargo.

Después cayó el ministro del ambiente, generoso él con una asesora a la que convirtió en su acompañante preferida a cuanto viaje al exterior hacía. Los papelitos hablaron por si solos a pesar de las protestas del enamoradizo personaje.

Ahora el Semanario de Hildebrandt nos trae otra historia tórrida de amor, incluyendo una reveladora foto de película que la censura, como en cinema Paradiso, bien podría haberla recortado; esta vez se trata de otro calenturiento personaje que también ha pasado por el trono, perdón, por el sillón presidencial del congreso, regalando gracias y viajes a su perita en dulce, ni más ni menos su jefa del gabinete de asesores.

No es que nos haya pescado un súbita moralina; bien saben los que me conocen que en estos temas de amor y sábanas comparto la idea de que cada quien es dueño de hacer de su cuerpo lo que le viene en gana, lo que jode es que estos señorones lleven una vida de sementales con recursos ajenos, engrosando hojas sentimentales que cuando eran unos reverendos ene ene eran tan grises como sus propias existencias...


 

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