Ruth Buendía, lideresa asháninka de nuestros
pueblos amazónicos acaba de ingresar por la puerta grande a la historia
oficial del país. Justo cuando nuestros mandatarios, de espaldas siempre
a la realidad, han flexibilizado los estándares de protección para que
el capital extractivista haga de las suyas en la amazonía peruana, la
Buendía obtiene el premio Bartolomé de las Casas por navegar contra la
corriente del extractivismo, en defensa del habitat de sus pueblos, de
la salud, de la educación, de la
cultura, arte y lengua de los olvidados de toda la vida republicana.
El
Perú oficial, siempre inclinado a la hipocresía seguramente que la
llenará de halagos y lisonjas, buscando ocultar una realidad tan
quemante como la propia amazonía: que el presidente Humala, no le ha
dedicado mayor atención a esos pueblos que a costa de sus propias vidas,
como siempre ha ocurrido, son los mejores guardianes de las bondades
naturales, sociales y culturales de una región que el gran capital y las
transnacionales quieren convertir en el nuevo dorado...
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