Dichoso yo que tengo una maestra a domicilio. Porque deben ustedes saber
que Elbita Vásquez Vargas es maestra de profesión con una envidiable hoja de vida
docente. Hizo sus pininos en Pújupe, alturas de Hualgayoc-Cajamarca, la
tierra de Los Alegres de Bambamarca, a donde tenía que trasladarse a
lomo de caballo; continuó su trayectoria en Monsefú-Lambayeque, terruño
del grupo 5 y de los hermanos Yaipén, para luego echar raíces en el
Centro Escolar 3071 y en el Colegio Augusto
B.Leguía de Puente Piedra, Lima. Actualmente, sus años sabáticos los
está haciendo a mi lado y lo digo con sinceridad: no son pocas las
enseñanzas recibidas, porque como bien dicen mis hermanos Wilfredo Huisa
y Roberto Arriola - también maestros de profesión- el maestro nunca se
jubila. En la persona de Elbita, mi maestra a domicilio, saludo a todos
los maestros del Perú, en especial a los que me enseñaron las primeras
letras, base y columnas de todo lo que vino después, al amparo de una
canción que todavía recuerdo: Maestro que al romo enseña/ciencia,
oficio, arte y virtud/...
No hay comentarios:
Publicar un comentario