jueves, 17 de julio de 2014

LA PAZ DE LOS SEPULCROS

En los tiempos turbocapitalistas y pantanosos del Perú de hoy ya no se puede creer ni en la paz de los sepulcros.
 
A la cantante Edita Guerrero, del conjunto Corazón Serrano, oficialmente enterrada después de una muerte ocasionada por la explosión de un aneurisma cerebral, la están matando ahora ante la vista y paciencia de todo el mundo.

La matan una vez más los buitres, perdón, los familiares a quienes no les costó un centimo la exitosa carrera de la cantante piurana, pero que quieren tener una vida muelle a costa de los ahorros de Edita.

La asesinan a mansalva los que echan sombras y más sombras sobre la causa de la muerte de la Guerrero para armar con ello un culebrón que camufle las miserias de un gobierno que se ha entregado en cuerpo y alma al gran capital extractivista.

La degüellan los fiscales que se hicieron de la vista gorda ante los Álvarez y Orellanas, capos de la corrupción en el Perú, pero que de la noche a la mañana se han vuelto superdiligentes para atender el llamado caso Edita.

La cogen a hachazos los periodistas venales, siempre a la orden del mejor postor para armar tinglados mediáticos que emboben al pueblo, mientras ministros y congresistas se embolsican jugosísimas gratificaciones en tanto pesetean a los médicos, enfermeras, maestros...

La cosen a chavetazos los morbosos, a la caza siempre de la carroña humana...

Por eso es que, como decían los viejos de ayer ya no creo ni en la paz de los sepulcros.

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