viernes, 9 de mayo de 2014

EL PUEBLO ESTÁ PELEANDO, PERO

En los tiempos que vivimos no podemos afirmar que el movimiento popular esté en pañales. Pero es indudable que todavía no puede recuperarse, principalmente de su traspié ante los veinte años de escalada neoliberal, económica, ideológica y política, que ha desarmado a sus propias vanguardias, reducidas en el mejor de los casos a los trajines electorales, en cuyos espacios incluso, viejos vicios sectarios y hegemonistas siguen torpedeando la unidad. El pueblo está peleando, pero aisladamente, sin una centralización adecuada, sin derroteros de conjunto, entre victorias y derrotas parciales.

La unidad, estimo es más necesaria que nunca para avanzar en fortalecer un movimiento popular que responda a las exigenciasde los nuevos tiempos, en el que por ejemplo, las protestas regionales no sean consideradas como respuestas exóticas a los intereses de conjunto de los trabajadores. Unidad, que además debe sustentarse en una base programática que no se agote en los estrechos márgenes del sistema imperante; debe señalarse sin medias tintas que es indispensable pensar en un futuro diferente. 

La crisis recurrente del capitalismo actual, que una y otra vez se pone a salvo con mayores cargas contra las masas populares -reducidas a la miseria – como lo demuestra la España o Grecia de nuestros días- ha vuelto a poner la utopía socialista en el centro de la atención de las avanzadas populares, que buscan una alternativa a la esclavización del capital.

La desaparición del socialismo realmente existente no ha clausurado el socialismo como posibilidad, como utopía, sin los lastres del dogmatismo y la burocratización, entendiéndolo más bien como un desafío científico y creativoque debe responder a las particularidades de cada país. Ya lo decía el desaparecido Eric Hobsbawm, casi al final de su excelente Historia del SigloXX: “Elfracaso del socialismo soviético no empaña la posibilidad de otros tipos de socialismo” (p. 494).

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