miércoles, 21 de mayo de 2014

A 50 AÑOS DE LA TRAGEDIA DEL ESTADIO NACIONAL

24 de mayo de 1964, Estadio Nacional de Lima. En el mismo lugar donde hace 50 años hubo una tragedia que enlutó a centenares de hogares, este 24  de mayo habrá una pachanga de padre y señor mío. ¡Qué país!

Como cronista policial, pensé que ya lo había visto todo: homicidios, violaciones, accidentes, reyertas a chavetazos, asaltos, etcétera.  Nunca pensé que un 24 de mayo de 1964 me daría cara a cara  con cien, doscientos, y de repente hasta trescientos muertos, en los hospitales Obrero y 2 de Mayo, en la Morgue y en la Asistencia Pública de la avenida Grau. Horas antes, en el Estadio Nacional de Lima, esos hombres y mujeres habían formado parte de las 45 mil  almas que gritaron hasta enronquecer apoyando a  la selección de fútbol del Perú, que se jugaba el pase a las olimpiadas de Tokio contra sus pares argentinos. La anulación de un gol  del equipo peruano, el del empate, el de «Kilo» Lobatón, desencadenó la tragedia. La protesta de las tribunas y el raudo ingreso del negro «Bomba» al gramado para ajustarle cuentas al árbitro uruguayo, fue respondida a bombazo limpio y pistoletazos. La consiguiente estampida de los fanáticos fue cortada brutalmente por las puertas del Estadio, que nunca llegaron a abrirse. Murieron padres e hijos, esposos, hermanos, primos, cuñados, amigos del alma. No hubo un barrio limeño que no se cubriera de luto.

Con la tinta en las venas, en: Alberto Mosquera Moquillaza, El amor en tiempo de bolero, Ed. Cuartel primero, Lima, 2006, p. 102

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