Nota de Redacción.- Acaba de morir Valicha, la musa andina que inspirara el célebre huayno cusqueño que lleva su mismo nombre. En su recuerdo transcribimos una nota publicada cuando Valeriana Huillca - Valicha- tenía 87 años, vivía en su pueblo, Acopía, estaba ciega y pobre, muy pobre...
Por Roxabel Ramón
Lo
más angustiante de Acopía es el silencio. Un silencio cargado de moscas
y, lejanamente, de rebuznos que se cuelan por las callecitas ordenadas
con casas de adobe, pero no por los oídos de Valeriana Huillca, quien
solo escucha algo si se lo gritan al oído izquierdo. A sus 85 años,
Valicha también se ha quedado ciega. Por eso pasaron varios minutos sin
que se percatara de que estaba siendo fotografiada: sentada sobre el
piso de tierra, depuraba con hábiles dedos un trozo de lana de carnero.
Así, con la postura y el semblante relajados, dejaba adivinar esa belleza maldita de la que fue víctima en su juventud. Belleza cuya fama alcanzó toda la provincia de Acomayo, cuando ella era aún una campesina adolescente; la que provocó una envidia disfrazada de desdén de sus contemporáneas, y que inspiró hace décadas a su patrón, Miguel Ángel Hurtado, a crear una canción despechada, que algunos reclaman como un himno del Cusco.
Así, con la postura y el semblante relajados, dejaba adivinar esa belleza maldita de la que fue víctima en su juventud. Belleza cuya fama alcanzó toda la provincia de Acomayo, cuando ella era aún una campesina adolescente; la que provocó una envidia disfrazada de desdén de sus contemporáneas, y que inspiró hace décadas a su patrón, Miguel Ángel Hurtado, a crear una canción despechada, que algunos reclaman como un himno del Cusco.
La melodía se ubica, según los musicólogos, al
lado del “Cóndor pasa” y “La flor de la canela”. Pero los académicos
sociales han advertido que no puede ser himno, pues sus letras ofenden a
la mujer andina. “Valicha lisa pasñawan/ niñachay de veras/ maypiñas
tupanki”, inicia el huaino y su traducción fiel, aunque atenuada por la
sutileza del quechua es: “Chola puta, Valicha/ mi niñita de veras/
¿dónde estarás andando?”.
Cuando le inyectó esta amargura
escrita a su bella música, el profesor Hurtado, hijo de los hacendados
de Acopía, tenía 22 años. La hermosa joven quechuahablante de la cual
estaba enamorado se había escapado a la ciudad del Cusco con un
campesino de la zona.
La culpa la tuvieron las diferencias sociales. Se dice que Valeriana, además de alegre y coqueta, era orgullosa. Por eso le puso fin al romance furtivo que sostenía con Hurtado durante las vacaciones estudiantiles de este. No se sabe si en la capital él pensaba en ella, pero en 1942, poco antes de volcar su decepción en el conocido huaino, ya había compuesto “Tusuy” con la misma melodía, pero con letras de amor: “Cholita flor de la sierra/ entre las pajas bravas/ ¿qué estarás haciendo?/ Seguro que estás cantando/ las memorias de nuestro dulce amor”.
Vladimir Hurtado, sobrino del autor, cuenta que un verano, cuando su tío regresó de Lima, en el pueblo se comentaba maliciosamente que Valicha había huido con el cholo Francisco Hancco. “Él bebió con sus amigos, entre ellos varios mistis (hacendados) que también la asediaban, y se inventó esas letras de insulto”. La canción habla de un destino fatal para la migrante: “Y llegando a Cusco/ niñita de veras/ en las picanterías molerá maíz [] en las puertas del cuartel/ mi niñita de veras/ estará robando corazones”.
Para algunos, el profesor Hurtado solo describió la realidad de las campesinas que eran abusadas sexualmente por los soldados y explotadas en las chicherías y picanterías del Cusco. Para otros, sacó a relucir su racismo para desearle el mal a la muchacha que decidió ir en busca de un mejor futuro.
En 1945, cuando Valeriana ya había retornado a Acopía, el hermano de Miguel Ángel, Evencio Hurtado, presentó la canción al Concurso Folclórico Regional y ganó el primer lugar. “Entonces el huaino se empezó a cantar en las fiestas del pueblo. Yo recuerdo a Valicha, escondida en una esquina de la plaza, avergonzada”, narra Vladimir. Valeriana Huillca dice ahora indulgente que Miguel Ángel era un bromista. Con una sonrisa nos ofrece su propia versión —inocua y hasta halagüeña— del canto que la difamó internacionalmente.Las letras de este popular huayno cusqueño son las siguientes:
VALICHA
Huayno
Valicha lisa p’asñawan
niñachay deveras,
maypiñas tupanki.
Qosqo uraytañamas,
niñachay deveras,
maqt’ata suwuashian.
Qosqoman chayaruspari,
niñachay deveras,
imatas ruwuanka.
Ajha wuasikunapis
niñachay deveras,
sarata kutanqa.
Chaykunallataraqchus,
niñachay deveras,
Valicha ruwuanman.
Cuartel punkukunapis,
niñachay deveras,
sonqota suwuanqa.
Chaykunallataraqchus,
niñachay deveras,
Valicha ruwuanman.
Puesto punkukunapis,
niñachay deveras,
guardiawuan sinsishian.
La culpa la tuvieron las diferencias sociales. Se dice que Valeriana, además de alegre y coqueta, era orgullosa. Por eso le puso fin al romance furtivo que sostenía con Hurtado durante las vacaciones estudiantiles de este. No se sabe si en la capital él pensaba en ella, pero en 1942, poco antes de volcar su decepción en el conocido huaino, ya había compuesto “Tusuy” con la misma melodía, pero con letras de amor: “Cholita flor de la sierra/ entre las pajas bravas/ ¿qué estarás haciendo?/ Seguro que estás cantando/ las memorias de nuestro dulce amor”.
Vladimir Hurtado, sobrino del autor, cuenta que un verano, cuando su tío regresó de Lima, en el pueblo se comentaba maliciosamente que Valicha había huido con el cholo Francisco Hancco. “Él bebió con sus amigos, entre ellos varios mistis (hacendados) que también la asediaban, y se inventó esas letras de insulto”. La canción habla de un destino fatal para la migrante: “Y llegando a Cusco/ niñita de veras/ en las picanterías molerá maíz [] en las puertas del cuartel/ mi niñita de veras/ estará robando corazones”.
Para algunos, el profesor Hurtado solo describió la realidad de las campesinas que eran abusadas sexualmente por los soldados y explotadas en las chicherías y picanterías del Cusco. Para otros, sacó a relucir su racismo para desearle el mal a la muchacha que decidió ir en busca de un mejor futuro.
En 1945, cuando Valeriana ya había retornado a Acopía, el hermano de Miguel Ángel, Evencio Hurtado, presentó la canción al Concurso Folclórico Regional y ganó el primer lugar. “Entonces el huaino se empezó a cantar en las fiestas del pueblo. Yo recuerdo a Valicha, escondida en una esquina de la plaza, avergonzada”, narra Vladimir. Valeriana Huillca dice ahora indulgente que Miguel Ángel era un bromista. Con una sonrisa nos ofrece su propia versión —inocua y hasta halagüeña— del canto que la difamó internacionalmente.Las letras de este popular huayno cusqueño son las siguientes:
VALICHA
Huayno
Valicha lisa p’asñawan
niñachay deveras,
maypiñas tupanki.
Qosqo uraytañamas,
niñachay deveras,
maqt’ata suwuashian.
Qosqoman chayaruspari,
niñachay deveras,
imatas ruwuanka.
Ajha wuasikunapis
niñachay deveras,
sarata kutanqa.
Chaykunallataraqchus,
niñachay deveras,
Valicha ruwuanman.
Cuartel punkukunapis,
niñachay deveras,
sonqota suwuanqa.
Chaykunallataraqchus,
niñachay deveras,
Valicha ruwuanman.
Puesto punkukunapis,
niñachay deveras,
guardiawuan sinsishian.
Municipalidad distrital de Acopía
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