sábado, 1 de marzo de 2014

UN CUENTO CHINO


Las líneas siguientes las escribió Abraham Valdelomar en octubre de 1915, forman parte de su texto El hediondo pozo siniestro o sea la historia del gran consejo de Siké. Aparentemente es un cuento chino, realmente es una satirización de lo que ocurría en el Perú de entonces con su democracia, su ejecutivo, su congreso, sus políticos burgueses...Luego de leer el fragmento les quedará el sabor de reconocer que si de democracia en el Perú hablamos hoy, en esencia nada ha cambiado con lo que pasaba en 1915...

Todos los pueblos adyacentes a Siké tenían su Gran Consejo, pero estaba formado por altos dignatarios, por personas de privilegiado cerebro, por individuos probos y meritísimos; mas en Siké las cosas estaban invertidas. El Gran Consejo de Siké, llamado también Chun-Gau-Loó -que quiere decir el pozo hediondo- era una agrupación ineficaz y heterogénea de hombres de todas las tribus, de todas las castas, de todos los aspectos y de todas las tendencias. Sin saber cómo llegaron a juntarse en el Gran Consejo de Siké como las langostas en una trampa, o los camarones en un remanso, o las moscas en un estercolero, o los penitenciarios en una cárcel, o los pecadores en el Infierno, o Cielo negro; sin saber cómo llegaron a juntarse en el Consejo, pordioseros, tránsfugas, oradores, criminales, hombres de ciencia, sacerdotes de Buda, bellacos, traidores, mudos, tramposos, deshonestos; había allí quienes huyendo de la justicia se habían acogido bajo el artesonado del Consejo, como los mirlos bajo los duraznos en flor; los había leprosos de cuerpo y de alma; los había que vendían sus votos por un puñado de arroz, o por un yen; los había, en fin, que no teniendo qué vender, vendían a sus compañeros. El Gran Consejo de Siké llegó a obtener tal fama que en los mercados, al verlos pasar, los vendedores ocultaban sus mercancías y se decían unos a otros:

–Despreocupado Chon-Long, vendedor de ranas jóvenes, esconde tus mercancías, ¿no ves que se acercan dos miembros de Gran Consejo?

1 comentario:

  1. Tío Mosquera se olvidó de hacerle una nota a los veinte años sin Chinanski. Ojalá pueda hacerlo para más adelante.
    LM

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