domingo, 17 de noviembre de 2013

LA COSA PINTA FEA...



La cosa pinta fea para el gobierno del presidente Ollanta.

El escándalo López Meneses ha tenido los efectos de un tsunami: ha dejado en la calle al ministro del interior, al asesor principal del comandante Ollanta, y a 6 altos mandos de la Guardia Civil; el presidente del Comando Conjunto está en capilla y un ex director de la policía también está pedido. Sin contar otros muertos y heridos de menor rango.

Antes de que rodaran esas cabezas, el semiclandestino asesor, siempre huidizo con la prensa se vio obligado a salir a decir ¡yo no fui!; y el propio presidente tuvo que decirle !basura!, ¡delincuente! al fujimontesinista López Meneses, pensando quizá que con esa estridencia verbal tomaba distancia del escándalo.

Las olas del tsunami, sin embargo, no amainan, siguen golpeando palacio. El rápido sacrificio de tanto funcionario alimenta más el escándalo. Nunca como ahora rodaron tantas cabezas y de una manera tan rápida, acostumbrados como hemos estado a un gobernante siempre soberbio e indiferente a las críticas.

La ciudadanía tiene derecho a dudar. Todos pensaban - erroneamente por cierto- que el fujimontesinismo, la lacra que emputeció el país en los 90, había sido radicalmente eliminada luego de que sus cabecillas fueran a parar a la cárcel. Sospechas de que no era así siempre hubieron, el propio comandante Ollanta, como candidato y luego como presidente fue blanco de esas sospechas por su cercanía con connotados jefes militares involucrados en las redes de la mafia.

Hoy las sospechas se han convertido en certeza. La mugre fujimontesinista sigue impregnada al aparato estatal, de otra manera no se explica la sobreprotección policial al señor López Meneses, considerado el delfín de Montesinos. ¿Porqué esos privilegios? ¿Qué se escondía en la casa de López Meneses? ¿De palacio salió la orden de sobreprogerlo? ¿El presidente Ollanta estaba al tanto de ello?

Tenemos el derecho de dudar, de formularnos interrogantes de esas naturaleza, y de exigir respuestas. Usualmente las cabezas ruedan después de una investigación, ahora es al revés. Me sumo por ello a la posición de la congresista Verónika Mendoza, que en el seno del congreso está exigiendo que se forme una comisión investigadora multipartidaria e integrada por gente proba.

Pero pienso también que la ciudadanía en su conjunto debe exigir, empleando todos los medios a su alcance, que esa investigación u otras que puedan impulsarse den finalmente con las respuestas que la razón impone. La salud democrática y moral del país así lo exigen.

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