domingo, 20 de octubre de 2013

LA VIEJA POLÍTICA CRIOLLA


Se lo decía ayer a unos jóvenes sanmarquinos con quienes dialogué sobre estos temas: la concepción y la práctica de hacer política en el Perú tienen que cambiar: los partidos y los políticos de nuestros días están reproduciendo el quehacer criollo, del toma y daca, del cambalache, del caudillismo, del alcohol y la butifarra...que caracterizaron al Perú oligárquico del siglo XX. En este sentido, la llamada modernidad no ha servido, al contrario ha profundizado - por el culto al dinero que conlleva- el divorcio entre ética y política.

Lo decía por el caso Urtecho que llena las primeras páginas de los medios en estos días; pero también por lo que está pasando con el inopinado desplazamiento a París del presidente Ollanta, que si nos atenemos a las prácticas del parlamentarismo burgués debió costarle el puesto a la señora ministra de Relaciones Exteriores, pero que debido a un recule interesado de Perú Posible podrá dormir bien este fin de semana, al haberse alejado el riesgo de la censura.

¿Por ese retroceso, que pidió a cambio Perú Posible? Con la institucionalización del toma y daca en la política criolla, no hay que ser adivinos para dar en el clavo: el partido del señor Toledo necesita un trato benevolente para su caudillo que la pasa mal en la investigación que se le ha abierto por la adquisición de varios inmuebles. No nos escandalicemos entonces cuando desde la bancada oficialista se le tire el salvavidas al magullado ex presidente.

Son estas prácticas, les decía a los estudiantes, las que alejan a los jóvenes de la política; o son también, de otro lado, las que envilecen el entusiasmo de las juventudes que ingresan a la política, pero que de la noche a la mañana, por su misma inexperiencia, terminan enredadas en las telarañas logreras de los caudillos y sus operadores.

Volver hacer de la política, doctrina, ciencia, arte, pedagogía, quehacer de masas, vocación de servicio, no será fácil. Pero el desafío está planteado, hay que asumirlo, sin dudas ni murmuraciones, sin medias tintas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario