Siempre he considerado que los partidos
políticos, sean cuales sean los sectores sociales a los que representen,
constituyen algo así como el factor consciente de esos grupos, las
avanzadas ideológicas y doctrinarias capaces, en su desarrollo, de
educar y organizar a sus cuadros dirigenciales y a las multitudes en
torno a ideas-fuerza, propuestas, programas, sueños...
Desde esta óptica,
si uno lee la documentada crónica de
Marcos Sifuentes sobre el cómo el Apra se sumó al Sí de la revocatoria
de la alcaldesa de Lima, y la entrevista a la señora Vilchez, vocera
oficial de ese partido para el proceso revocatorio - publicados en La
República de ayer domingo 20- uno entiende el porqué de la crisis de esa
organización fundada por Haya de la Torre. No hay razones, en el
verdadero sentido de la palabra, que expliquen, que fundamenten, la
presencia de ese partido en el cargamontón contra la Alcaldesa. Lo que
hay son impulsos, pálpitos, mañosería política, reflejos seniles de un
partido y de una dirigencia que hace tiempo perdió el carro de la
historia.
En palabras directas: quieren pescar a río revuelto para
limpiar su imagen aprovechando el descontento de las gentes, salir del
ostracismo subiéndole a la ola de la revocatoria, robar cámaras para
estar en algo...¿Alguna propuesta? Nada de nada. Lean los documentos y
me darán la razón.
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