En los años 90, Fujimori y Montesinos emputecieron la política
peruana.
En el congreso peruano las presencias o ausencias, las intervenciones
furibundas o los silencios, los votos o las abstenciones...todo, todo,
tenía un precio. Por eso es que salvo honorables presencias, al palacio
legislativo llegan proxenetas, comepollos, robacables,
narcos...dispuestos no a legislar o a servir al pueblo sino a llenarse los bolsillos de
dinero, bien o mal habido, y a gozar de todo tipo de gollerías y privilegios.
Un publicista de la dictadura decía en relación al
voto de los congresistas: "El voto, el voto se voltea con plata en el
bolsillo".
Lo ocurrido con el bono de los congresistas, con el cual quisieron aumentarse desvergonzadamente el sueldo mientras le niegan incrementos salariales a médicos, docentes, policías, es solamente una
manifestación del cómo estos señores entienden la política en el Perú de nuestros
días.
De esos políticos Víctor Hurtado Oviedo dice "que entran en la historia, pero de noche, con un costalillo en una mano y una linterna en la otra"...
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