jueves, 6 de enero de 2011

EL PUEBLO EXTRAÑA
SU ÚLTIMA HORA


Justo Linares
Luis Ortiz de Villate

Pocos, como quienes suscriben esta crónica, pueden atestiguar el enorme cariño que aún guarda el pueblo peruano al que fuera Diario ÚLTIMA HORA. Lo pudimos comprobar en lo que fue un auténtico escrutinio público realizado por las ondas de Radio Programas del Perú, la madrugada del 6 de enero de 2011.


En efecto, invitados a instancias de Miguel Humberto Aguirre por el programa De la Noche a la Mañana, que produce Luis Meoño y que interinamente conduce Rony Zuzunaga, escuchamos durante dos horas, a partir de la medianoche del miércoles 5, multitud de nostálgicas expresiones de oyentes que se identificaron con el llamado Rey de los Tabloides, el Diario más popular de todos los tiempos en el país.


Fue, sobre todo, un reencuentro con el espíritu juguetón, querendón y travieso de ÚLTIMA HORA. Cada quien recordó anécdotas originadas en la lectura de los ingeniosos titulares. Uno de los que más llamaron a la risa franca fue narrado por un oyente de la ciudad piurana de Negritos. Dice que en la portada se leía:


MATAN A GIL

EN POLLADA


El radioescucha relata que su sobrino Pepito, a la sazón de diez años de edad, leyó el titular en un kiosko y se echó a llorar desconsoladamente. Nadie en el entorno se explicaba la lágrima viva del muchachito, quien a toda prisa corrió a casa y dio la “mala nueva” a su mamá:


--¡Mamita, mamita…han matado a mi tío Gil…lo han matado!


Preocupadísima, la madre tomó de la mano al niño y se dirigió a la esquina donde comprobó que se trataba de una inocente equivocación del chico, originada en el hecho que el tío se llamaba Gilberto; pero a quien familiarmente conocían como Gil. Todo se aclaró cuando se comprendió que el titulero del bendito vespertino usó el término “Gil” de la replana para suplantar al sujeto “persona”. El cuasi drama terminó entre risas de felicidad familiar y de admiración al periódico del cual el niño Pepito se volvió asiduo lector.


Así, en medio de recuerdos cariñosos, frases admirativas y jocosas circunstancias se fue devolviendo a la vida al periódico que dio tantas horas de fresca amabilidad y grata compañía al hogar peruano. Quedó en claro, ante alguna atingencia acerca del uso de la jerga, que los términos del argot popular solo fueron usados en los titulares y por los columnistas. El redactor común y corriente del periódico estaba obligado a escribir sin entrar a esas licencias idiomáticas.


A los teléfonos llegaban llamadas de todo el país y del exterior, así como a las cuentas del correo electrónico de la radioemisora. Cada quien mencionó al periodista de su preferencia, a la columna más atractiva, la “tira cómica” más chispeante. Los aplausos fueron para Guido Monteverde, Luis Loli, Guillermo Cortez Núñez, Alfonso Grados Bertorini, Coco Meneses, Carlos Patiño, Rodolfo Espinar, Roberto Salinas, Alberto Best, César Hildebrandt, Víctor Orzero, Julio Fairlie (Sampietri), David Málaga (Serrucho), Luis Baltazar Pais de la Oliva (Chabuca)…


Fuimos preguntados si el contenido del periódico tenía mérito suficiente para ser leído en familia. Dijimos, con absoluta sinceridad, que jamás hubo excesos ni en sangre ni en sexo. Pusimos como blasón el orgullo de haber contado con plumas de la calidad del sabio Lucho Loli; de la tolerancia hecha deleite en los escritos de Cortez Núñez; del humanísimo perfil de las crónicas diarias de Pedro Álvarez del Villar y de Juan Gonzalo Rose; del cálido refugio en que don Carlos Wiesse convirtió su recordada columna.


Una oyente, ex policía, recordó que en su época participó en una redada a raíz de lo cual se confiscó…¡doce gramos de marihuana! Hoy se capturan toneladas.


Otra persona, identificada como “Alberto de La Victoria”, recordó que tenía un cuaderno lleno de los recortes de titulares. Dice que hasta ahora se ríe a carcajadas la vez que leyó en un titular el triunfo de Alianza Lima sobre Cristal: “Fritos 4-Pomos 3”.


Desde Mollendo recordaron que Littman Gallo usaba la palabra re Xuxa para admirarse de algo. Y que Alberto Best era el rey de la jeringa (jerga). Manuel Marrufo se declaró fanático del genial Julio Fairlie y fundó “El Club de Sampietri”. Santos Campos Carreño dijo que la hora de clases más grata del día en su colegio era cuando la maestra enseñaba a sus alumnos el significado de cada palabreja citada en los titulares del periódico.


En fin, el tiempo se pasó muy rápido. En nosotros quedó la firma convicción de haber servido en un periódico que hizo de la risa y el entretenimiento, una herramienta útil para mejorar la vida de los peruanos.


Tal vez todo esto sirva para conversarlo el sábado 15 de enero en el almuerzo a celebrarse en el Club Social Miraflores (frente a Larcomar). Pensar que hace 61 años nació sin nuestra anuencia. Y hace 27 se fue sin nuestro consentimiento.


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