YA FUE...

Su maestro Luis Bedoya Reyes le aconsejó públicamente: tienes que golpear, atacar... Lourdes Flores así lo hizo en el debate con Susana Villarán, haciendo gala además de la esgrima verbal e histrionismo que caracteriza a los políticos de viejo cuño. Lamentablemente para la representante del PPC su actitud agresiva y soberbia tratando de demostrar lo indemostrable: la vinculación de Susana con el extremismo izquierdista o sus posiciones estatistas poco efecto pueden haber hecho, en principio porque el argumento ya estaba bastante trillado en la presente campaña electoral, pero además por el nulo efecto de esas acusaciones, demostrable en el alza indetenible de la aceptación electoral de la Villarán. En otras palabras, si ayer no hicieron efecto, ahora menos; como lo dijeron los especialistas, los resultados del promocionado debate en nada van a alterar la tendencia victoriosa de la candidata de Fuerza Social, que optó por no caer en el juego de la pepecista y enfriar el debate, lográndolo con creces.

Desde otro ángulo: Lourdes trató de meter miedo, de jugar al terrorismo ideológico, de hacer lo que la derecha ha hecho, hace y hará frente a toda idea progresista, renovadora, verdaderamente democrática: negarla a la mala. La Villarán apostó por la docencia, la decencia y la tolerancia, como ella mismo lo dijo: la esperanza vencerá al miedo y lo está logrando, lo dicen los niveles de aceptación alcanzados en el electorado limeño.

Lo que ahora tienen que hacer los seguidores de Susana es voltear la página del debate y concentrarse en lo que actualmente debe ser prioritario: la organización de la defensa del voto en la mesa de sufragio, porque el último recurso de la derecha es el fraude, ya lo hizo en otras ocasiones. Con estos antecedentes nada debe quedar a la deriva, barrio por barrio, distrito por distrito, cerro por cerro, cuadra por cuadra, la idea-fuerza debe ser una sola: proteger el voto popular, desde el inicio del acto electoral hasta el final, no hay lugar para el pestañeo.