sábado, 17 de octubre de 2009

Alias (a) Kenya
o Presidente

En la vista que presentamos, el caco Alberto Fujimori, alias (a) Kenya o Presidente, pareciera que quisiera alzar vuelo, pero puede ser una foto premonitoria de lo que dicho delincuente pretendería hacer. Algunos analistas lo han señalado así, recordando su fuga luego de que el Perú y el mundo comenzara a conocer sus latrocinios mientras estuvo al mando de la Presidencia de la República. Sus salidas más allá de su ambiente de reclusión, - denunciada por algunos diarios- podría así interpretarse como reconocimientos del terreno para el gran escape.
Sólo sus adláteres pueden pensar de una manera diferente. Kenya es un pillo, de saco y corbata, de profesión ingeniero, pero pillo al fin y al cabo. Su personalidad lo revela. La premeditación, alevosía y ventaja con la que actuó para cometer todas las fechorías por las que está purgando prisión, lo demuestran fehacientemente. Pero además, la forma como ha sorteado los dos últimos procesos, al igual como lo haría el cholo Jacinto o Patita de cuy, -acogerse a la figura de la conclusión anticipada la llaman los abogados- manifiesta una práctica propia del hampa, con la que los delincuentes buscan proteger a sus compinches.
"Está protegiendo la carrera política de su hija Keiko", han escrito algunos observadores. Es cierto, pero también ha logrado, por ahora, ocultar el teje y maneje de la banda que tomó por asalto el gobierno del país para hacer de las suyas, incluyendo nombres y apellidos hasta ahora empingorotados. Esa lealtad tiene un precio, al igual como ocurre en cualquier organización delictiva: el respaldo material y moral para el jefe y sus allegados. La hipótesis de la fuga no es por tanto descabellada, como tampoco es ñanga el apoyo concreto, contundente, a la campaña presidencial de la primogénita, que de diluirse la idea de la fuga, está dispuesta a liberarlo, si acaso logra ceñirse el fajín gubernamental.

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