1
Cuando escribimos estas
líneas es casi oficial que la alcaldesa de Lima, doña SusanaVillarán, de
Fuerza Social, ha perdido prácticamente a toda su bancada de regidores
en el proceso de revocatoria que todavía no concluye; estando inclusoa
un tris de darse el inusitado caso de que la burgomaestre tenga que
recurrir al PPC para que cuatro de sus accesitarios completen los cupos
que formalmente le corresponden a Fuerza Social.
Lo
dicho sigue alimentando la controversia: ¿victoria o derrota de la
alcaldesa y de las fuerzas que la apoyaron en ese proceso de revocatoria
que por primera vez se
efectuó en Lima?
A
mi juicio tenemos que hablar de victoria, parcial, limitada, precaria,
pero victoria al fin y al cabo. Lo digo, para empezar, porque los
resultados de la consulta a la vecindad limeña, además de haber impedido
el derrocamiento de la alcaldesa Villarán, se trajo abajo la intentona
de los mafiosos revocadores de tomar por asalto la municipalidad de
Lima, removido quizá el principalobstáculo que lo impedía: la
propia señora Susana, que con la consigna ¡nohe robado ni he dejado robar! puso el dedo en la gran llaga de lacorrupción.
La
Villarán,recuérdese, antes de acceder al municipio capitalino fue
blanco de una despiadada campaña de la ultraderecha que trató por todos
los medios,incluyendo los vedados, de impedir su llegada al sillón
municipal. Ella, antes y después, ha simbolizado – para la caverna- la
presencia de una izquierda, sea cual sea su matiz, a la que solamente
por ser tal hay que cerrarle el paso para cualquier posicionamiento
legal a la que pretenda llegar. En la campaña por la defenestración de
la alcaldesa volvió a aflorar en los revocadores y sus partidos todo e
lodio maccarthista y antediluviano de esa ultraderecha, que se
desparramó desde los medios controlados por esos sectores y también
desde campañas subterráneas en barrios, calles y plazas de la gran
capital.
2
Pese
a ello la señora Villarán sigue al frente del municipio limeño, el
vecindario votó mayoritariamente por ella, dándole una segunda
oportunidad, a pesar de la campaña de mentiras, acusaciones sin sentido,
insultos, etcétera, que desplegaron los revocadores haciendo uso de los
métodos fujimontesinistas de los años 90, como bien los calificó
Julio Cotler, distinguido profesor universitario.
El
éxito, sin embargo, debe también debe serevaluado desde las
características que alcanzó la gran batalla por Lima que alineó en un
mismo frente a todas las fuerzas democráticas y progresistas de la
capital: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, estudiantes,
empresarios,ambulantes, transportistas, obreros, artistas, que en torno
al ¡No! lograronconstituir, vía sus organizaciones sociales y políticas,
una gran muralla contra las aspiraciones de la caverna; frente en los
hechos al que se incorporaron partidos como el PPC o Perú Posible, que
desde sus propias estrategias electorales e identidades, y su compromiso
con la institucionalidad municipal se la jugaron por la victoria del
¡No!.
Un ¡No! que ratificó que la
democracia, en el Perú, a diferencia de lo que usualmente se cree,
siempre ha sido ampliada y defendida por el pueblo en lucha. En este
caso movilizándose para defender el voto popular que había llevado a la
señora Susana al municipio, contra las clases y sectores formalmente
democráticos, pero antidemocráticos en esencia como lo son la
ultraderecha y sus partidos,que aprovechando cazurramente las
incongruencias de un mecanismo electoral – el de la revocatoria- buscó
desde el inicio del mandato de la alcaldesa negar ese voto. Los
memoriosos recordarán que en enero del 2011, después de la primera
sesión del Concejo limeño, los capitostes de Solidaridad plantearon la
revocatoria como alternativa para sus propósitos.¿La razón? El Concejo
en esa sesión había aprobado investigar el caso Comunicore, que dejaba
mal parado al jefe máximo de Solidaridad.
En
ese sentido es importante consignar que como nunca antes había
ocurrido, las banderas de la decencia, de la ética, de la lucha contra
la corrupción, levantadas por los partidarios del ¡No! adquirieron luces
propias en la gran confrontación capitalina, que se hicieron mucho más
resplandecientes cuando en las filas del Sí, sus rostros y sus mentores
partidarios: el Apra, Solidaridad y el fujimontesinismo, se fueron
develando sus verdaderas intenciones, que no eran otras que las de
entrar a saco al municipio limeño, incapaces incluso de diseñar su
propuesta municipal de recambio como quedó claro en el frustrado debate
electoral organizado por la máxima autoridad electoral.
Si
no lograron sus propósitos, ¿cómo calificar este hecho sino como un
revés, una derrota para los patrocinadores de la revocatoria, cuyos
antecedentes,desde el ámbito de la honestidad y la honradez no son
precisamente lo mejor de la vidriera?
3
Pero
como en política nunca hay cadáveres aunque si muchos muertos vivientes
debemos estar seguros que la campaña contra la alcaldesa continuará,
incluso desde laspropias filas del PPC -aliados en esta victoria- en
tanto que en el propio partido del patriarca Bedoya Reyes existen
quienes se resisten a cohabitar conquienes ni ideológica ni
políticamente comulgan con sus maneras de ver el mundo, el país y Lima.
Los más pesimistas hablan ya de que la derecha ha pasado a controlar el
municipio limeño, aunque también desde el otro lado, triunfalistamente
y con un raciocinio estrictamente electoral se ha lanzado a la regidora
Marisa Glave -gran puntal en el éxito de la alcaldesa- como candidata
para los comicios municipales del año 2014.
Que
la derecha, a través del PPC, se ha posicionado mejor en el municipio
limeño es algo que no admite dudas, pero de aquí a considerar como
ineluctable la abdicación de las fuerzas de izquierda ante ese realidad
me parece apresurado.Se soslaya el rol que la propia alcaldesa,
corrigiendo en los hechos sus errores, debe jugar en la gestión
municipal, como también se subestima la capacidad fiscalizadora de los
regidores que reemplazarían a los concejalesposiblemente revocados. Pero
sobre todo se ningunea la fuerza de los sectores populares que habiendo
votado por el No, e incluso por el Sí, están dispuestos,desde la calle a
exigir el cumplimiento de la palabra empeñada: atención a sus
reivindicaciones vecinales más sentidas, en la que debe seguir
combinándose una política de construcciones que se oriente a servir a
las poblaciones más necesitadas de la capital, con programas que
alienten el desarrollo educativo,cultural, artístico y deportivo de esos
sectores. En los tiempos actuales la democracia tiene también esta
última connotación, como bien lo expresa esa reivindicación mural que se
lee en algunas calles de la ciudad de Trujillo: ¡Nohay ciudad sin
poesía!
Afirmo por ello que la gran
batalla por Lima no ha terminado, se ha vivido una gran confrontación
cuyo desenlace arroja una victoria limitada; quedan por delante sin
embargo otros lances, mayores o menores, a través de los cuales las
fuerzas de avanzada deberán cimentar lo alcanzado en términos
electorales. Para una izquierda lamentablemente divorciada ahora de las
inquietudes de las masaspopulares se han abierto varias puertas de
acceso al corazón y a la conciencia de esas masas. Más allá del Sí y del
No, y de los propios escenariosmunicipales, hay responsabilidades
históricas que no se pueden soslayar, con mayor razón en un contexto
donde el gobierno nacional, para frustración del pueblo que votó por
él, ha reducido su programa de la gran transformación a una mediocre
gestión por la inclusión social.
Lima, marzo de 2013
Lima, marzo de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario