domingo, 3 de enero de 2021

EL INSEPULTO

 

Al igual que el compadrito Benjamín Otálora, de la historia de Borges, que siguió haciendo de las suyas a pesar que ya era cadáver, el Apra va de tumbo en tumbo, no obstante que politícamenre hace mucho que dejó de existir. Sería injusto achacarle esa responsabilidad a García. La agonía del APRA viene desde atrás. Fue el mismo Haya, el padre de la criatura, el que con sus acrobacias políticas lo fue liquidando. En todo caso, García y sus trapacerias de todo tipo le dió el tiro de gracia. Ese viejo partido es ahora un cadáver insepulto y sin epitafio. Bien lo sabe el pueblo. La señora Vílchez, la candidata a la presidencia, podría ser la sepulturera, si acaso logre pasar la valla electoral, y los propios electores los autores del epitafio,, salvo que el jurado electoral quiera asumir ese encargo. Por eso decíamos que al igual que Otálora, el del cuento borgiano, recién aquí, los Mulder y los del Castillo se darán cuenta que estában levantando un muerto que hace rato pedía nicho...
 

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