viernes, 16 de agosto de 2019

NO LO QUIEREN A VIZCARRA


Con la perspicacia que lo caracteriza, Carlín ha graficado el libreto del fujiaprismo para la presente coyuntura. Nada con el adelanto de elecciones propuesto por el Ejecutivo,hay que jugársela toda por cortarle la cabeza al presidente Vizcarra, o en su defecto, mantenerlo en Palacio, pero convertido en un pelele de la banda de impresentables que controla el establo congresal. Por eso es que siguiendo al pie de la letra las indicaciones que vienen desde la cárcel, la bankada naranja ha colocado a su fuerza de choque en las comisiones claves del establo. No habrán neuronas en las cabezas de esos ganapanes, pero hay lealtad perruna. Lo que sin embargo hay que precisar, en aras del buen entendimiento de lo que está ocurriendo, es que ese libreto del fujiaprismo lleva la impronta de la ultraderecha mafiosa,angurrienta y lumpenesca. Ellos saben que el presidente Vizcarra es un hijo del orden establecido, ideológicamente comprometido con el neoliberalismo, como sus acciones de gobierno, particularmente en el campo de la economía lo demuestran. Lo que no le perdonan es que llevado por sus escrúpulos liberales, Vizcarra esté chocando con el lumpen empresarial aliado a Odebrecht en el asalto al erario nacional; y que por esos mismos escrúpulos Vizcarra no haya impuesto a sangre y fuego el proyecto Tía María, violentando la razón de ser de toda burguesía: la bolsa, las falquitreras, por las que son capaces de cualquier barbarie.El Baguazo es un buen ejemplo de lo que estamos señalando.Existen, empero,otros aspectos, poco tocados en los análisis, pero que no han pasado desapercibidos para un empresariado racista y etnocéntrico. Vizcarra es un cholo provinciano, de costumbres y hábitos poco ortodoxos para quienes se computan blancos y occidentalizados hasta las vísceras.Que sea ingeniero y de la UNI todavía, no lo blanquea. Si estuvo en la fórmula presidencial de PPK, fue de casualidad. Los blancos querían un cholo provinciano de relleno, para pintarla de no ser excluyentes.El desarrollo de la confrontación social puso todos patas arriba. El blanco fue a parar a la cana, por cutrero, y el cholo moqueguano, que no quiso renunciar a su derecho de sustituirlo, terminó de nuevo inquilino de la casa de Pizarro. ¡Quién es ese Vizcarra para ordenar el adelanto de elecciones! gritó desaforadamente uno de esos blancos cuando se conoció la decisión presidencial. Esa exclamación dice mucho. Quizás en ese momento comenzó a cocinarse el plan que hoy el fujiaprismo quiere implementar: o devuelven a Vizcarra a su Moquegua natal, o lo reducen a ser un mandadero de esa ultraderecha ladrona, blanca y racista.

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