Cuando el señor Castro, de las filas del Frente Amplio, se abstuvo de
votar contra la Bartra, por haberse convertido en juez y parte de la
Comisión Lavo Jato que preside, salvándole así el cuello, el mal olor
invadió la sala donde se realizó la votación de marras. Esa hediondez
volvió hoy a invadir los ambientes congresales. ¿La razón? El Frente
Amplio, con el cura Arana a la cabeza se ha convertido en el brazo
armado del fujimontesinismo. Tirando por la borda los
supuestos principios que los animaba y el bla bla bla encendido y
radical, los nuevos sicarios de la política criolla le han armado la
guillotina a PPK con su moción de vacancia. Esto era lo que necesitaba
la bankada fujimontesinista: el camuflaje, la máscara, la cobertura. La
historia no registrará a los Salaverrys y Becerriles como los padres de
la criatura. No es que se defienda a PPK, quien se ha ganado a pulso su
agonía y segura defenestración. Lo que se cuestiona es que el cura Arana
y sus ganapanes le estén haciendo el trabajo sucio a los pupilos de la
dupla Fujimori-Montesinos, a sabiendas que esa vacancia largamente
perseguida, forma parte de una estrategia golpista, que incluye la
captura del Tribunal Constitucional y la choteada al Fiscal de la Nación
para de esta manera ganar la impunidad para sus pillerías. En política
no hay casualidades. La derecha mafiosa sabrá retribuir adecuadamente a
sus sicarios. El tiempo lo dirá.
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