viernes, 15 de julio de 2016

MANDRAKE Y SAN MARCOS


En mi niñez, uno de mis héroes, al igual que de toda mi generación fue Mandrake, el mago. Para él no había problema que quedara sin resolver. La prestidigitación era la base de sus éxitos. A tanto llegó su influencia en el imaginario popular que cuando en los temas económicos y sociales se presentaban situaciones aparentemente insolubles, no había persona que no dijera, medio en broma, medio en serio que "eso no lo resolvía ni Mandrake".

Recuerdo ahora a Mandrake porque frente a la crisis de la universidad de San Marcos, no faltan algunos candidatos y movimientos que ante ella adoptan la misma actitud del célebre prestidigitador. Piensan que basta con un poco de jarabe de lengua por aquí, algunos trucos por allá,  y  movimientos de manos por acullá, para que todo comience a marchar sobre ruedas. O en su defecto, enconsertados en lo que podríamos llamar un pensamiento mágico, precientífico, consideran que es suficiente con invocar a tales o cuales universidades foráneas, a tales o cuales personalidades de cierto lustre, de cuyo saco se cuelgan para la foto, para que la crisis vaya diluyéndose.

Olvidan esos sectores que en los últimos tiempos por San Marcos han pasado ene número de personalidades, a los cuales o se les ha entregado el Honoris Causa o se les ha escuchado disertaciones del más alto nivel,  pero con la cuatricentenaria no ha pasado nada, encharcada como está en sus crisis. Me atrevo incluso a afirmar que la presencia de esas personajes de la ciencia y la cultura, han sido utilizadas como cortina de humo para que quienes emputecieron San Marcos sigan haciendo de las suyas, o, en otros casos, para cubrir opacidades en la gestión.

Por eso es que no me cansaré de repetir que resolver el entrampamiento de San Marcos, son indsispensables; a.- Un diagnóstico certero de  sus problemas y una propuesta de cambio sostenida; b.- Liderazgo y equipo de trabajo de la más alta calidad,  con experiencia académica, de gestión, sin máculas éticas y con  una acendrada vocación institucional;  c.- Un gran  movimiento, democrático, académico y profesional, que naciendo desde las propias aulas sanmarquinas envuelva en un solo torrente de cambio a estudiantes, docentes, egresados y trabajadores administrativos.

Pueden haber excelentes diagnósticos de la crisis sanmarquina, pero si no hay liderazgo y reina la improvisación, el proceso cojea. Como asimismo se puede contar con diagnósticos y planes certeros, un afiatado equipo de trabajo, pero si no hay respaldo consciente de las bases sanmarquinas, de repente hasta enfrentadas entre sí, todo el esfuerzo se irá al agua.

Más de uno lo ha dicho. San Marcos es un Perú en pequeño. Que en la cuatricentenaria, además de los temas académicos, de investigación, etcétera, uno de los graves problemas a enfrentar sea el de la corrupción por la existencia de mafias o grupos que hacen tabla rasa de la legalidad, de la moral y de la ética encompichados con las autoridades de turno, para satisfacer sus voraces intereses particulares es una realidad innegable, como en más de una oportunidad lo he denunciado. (Véase: http://echalecaliche.blogspot.pe/2012/05/sicario-sanmarquino.html).

En ese contexto me parece sumamente importante, en el caso de la Facultad de Economía,  el compromiso público  de diálogo abierto con los estudiantes asumido  por la profesora Gaby Cortez  candidata del movimiento Economía, Docencia y Futuro. El diálogo franco y alturado, el cruce de ideas y propuestas, la interacción regular entre docente y alumnos, son mecanismos democráticos que una universidad como San Marcos no puede rehuir. La búsqueda de unidad para afrontar problemas de toda naturaleza, sobre la base del consenso y la comunión de ideas - sin renunciar a diferencias explicables en una universidad como San Marcos- se constituyen, en la hora actual de crisis,  en una herramienta de gestión insoslayable.

Desde la academia, la investigación científica y la formación de profesionales - funciones inabdicables de toda universidad- urge un reencuentro de la cuatricentenaria con el país, sus gentes, sus culturas, sus diversidades. En el fondo de la crisis este divorcio es lacerante. ¿Cómo procesar ese reenganche en circunstancias en que prácticamente se nos obliga a mirar hacia afuera? la respuesta está en ese diálogo enriquecedor, en esos debates a todo nivel que caracterizaron a San Marcos en sus mejores tiempos. 

En ese sentido, para empezar, la cátedra tiene que recuperar su sentido reflexivo y crítico para zanjar con posiciones que han esterilizado la vida universitaria. (En el noventaitantos Carlos Boloña, con muchos palmarés académicos en su haber sostenía que en el Perú ya no había nada que investigar ni discutir, que lo único que había que hacer era aplicar religiosamente las experiencias europeas de la posguerra. Boloña, como se sabe terminó en la carcel, comos otros laureados ministros del fujimontesinismo, pero sus ideas siguen sueltas, libres).

Por eso es que proponemos esa gran movilización ideológica, académica, intelectual. La coyuntura lo impone. Si se sigue ese curso, como el gran César Vallejo diremos: YA VA A VENIR EL DÍA, PONTE EL ALMA; de lo contrario los problemas en la universidad se agudizarán, a tal punto que "ni Mandrake podrá resolverlos"...




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