A pesar de los últimos reveses en el poder judicial, el inquilino privilegiado de la Diroes debe estar ñato de risa.
Kenji, su hijo predilecto, alumno precoz de Montesinos, acaba de poner
las cosas en su sitio: el fujimorismo es uno solo, ha dicho para que lo
escuchen todos. Agregando, altisonantemente, que su padre es el líder
histórico del movimiento y su hermana Keiko es la que parte hoy el
jamón.
La aclaración es sumamente importante, sobre todo porque en las últimas semanas
se especulaba con la existencia de dos corrientes en el
fujimontesinismo: una, encabezada por el caco, representando la línea
dura, recontraderechista; mientras que la otra, supuestamente liderada
por la señora Keiko, buscaba tomar distancia de la nefasta herencia de
los 90 para modernizar su organización y ponerla a tono con los vientos
liberales y democráticos que soplan en algunas tiendas gran y pequeño
burguesas.
Es decir, así
como hay quienes ilusamente buscar diferenciar a Fujimori de Montesinos,
para reventarle cuetes al primero y negar al segundo, de la misma
manera, existen sectores que quieren encontrar 2 alas a Fuerza Popular,
como si la realidad no indicase que todos, sin excepción, viven y beben
de las mismas fuentes antidemocráticas, entreguistas, antipopulares y
corruptas en las que se incubaron y desarrollaron las fuerzas
encabezadas por el caco y su compinche.
Que a nombre de Fuerza Popular dicha corriente sea partícipe de la democracia burguesa y su Estado de derecho, no la hace automáticamente una fuerza democrática. La experiencia nacional e internacional indican que las fuerzas más retardatarias,incluyendo al fascismo, sin abdicar de sus fundamentos ideológicos y políticos, pueden, sin mayor esfuerzo incorporarse al juego democrático burgués al que convierten en cobertura ideal para sus zarpazos.
Esto último fue lo que hizo la pareja malévola en los años 90. Ganaron las elecciones y en 1992 hicieron caca del Estado de derecho para poner en marcha un plan siniestro que le abrió cancha al neoliberalismo - al que ellos y la gran burguesía que los apoyó le sacaron tronchas y más tronchas- al mismo tiempo que ensangrentaban el país imponiendo el terror, mientras hacían flecos del erario nacional.
No seamos entonces incautos. El fujimontesinismo nació como una excrecencia de la crisis del sistema, muy bien lubricada por sectores del gran capital que a partir de ese momento se entronizaron en el mando de nuestra economía y sociedad, y que con el restablecimiento del estado de derecho en el 2000 se amoldaron a los nuevos tiempos, aunque sin dejar de añorar los viejos, a los que quisieran regresar para tener las manos libres y seguir haciendo de las suyas.
Que a nombre de Fuerza Popular dicha corriente sea partícipe de la democracia burguesa y su Estado de derecho, no la hace automáticamente una fuerza democrática. La experiencia nacional e internacional indican que las fuerzas más retardatarias,incluyendo al fascismo, sin abdicar de sus fundamentos ideológicos y políticos, pueden, sin mayor esfuerzo incorporarse al juego democrático burgués al que convierten en cobertura ideal para sus zarpazos.
Esto último fue lo que hizo la pareja malévola en los años 90. Ganaron las elecciones y en 1992 hicieron caca del Estado de derecho para poner en marcha un plan siniestro que le abrió cancha al neoliberalismo - al que ellos y la gran burguesía que los apoyó le sacaron tronchas y más tronchas- al mismo tiempo que ensangrentaban el país imponiendo el terror, mientras hacían flecos del erario nacional.
No seamos entonces incautos. El fujimontesinismo nació como una excrecencia de la crisis del sistema, muy bien lubricada por sectores del gran capital que a partir de ese momento se entronizaron en el mando de nuestra economía y sociedad, y que con el restablecimiento del estado de derecho en el 2000 se amoldaron a los nuevos tiempos, aunque sin dejar de añorar los viejos, a los que quisieran regresar para tener las manos libres y seguir haciendo de las suyas.
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