domingo, 8 de junio de 2014

LA ESPERA

Fernando Vilchez, director del video La espera, que está circulando en Lima, debe sentirse satisfecho. 

Si lo que buscaba con su trabajo era dejar en claro lo que ocurrió en Bagua hace 5 años, donde perecieron más de una treintena de personas entre policías, nativos y pobladores, cuando los primeros desalojaron la carretera tomada por los segundos, es indudable que lo logra.

Después de ver el documental uno queda convencido de que en el juicio que se está desarrollando en Bagua contra más de 50 nativos,a los que se responsabiliza de los trágicos sucesos, faltan en el banquillo los grandes propiciadores, por acción u omisión,  del enfrentamiento: el ex presidente García y sus ministros Simon, Cabanillas y Araoz.

Al primero de ellos se le debe juzgar no solamente por sus responsabilidades concretas en los hechos, en su calidad de primer mandatario y jefe supremo de las fuerzas armadas y policiales; sino también por ser el autor de un conjunto de ideas - expresadas en sus artículos sobre el perro del hortelano-  declaraciones y exposiciones, que jugaron el papel de justificaciones ideológicas y políticas para arremeter contra los pueblos amazónicos; a pesar que desde los años 90 el Estado peruano estaba obligado a respetar lo sancionado por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en relación a los pueblos indígenas, contra el cual colisiona el pensamiento-guía del ex mandatario.

Uno llega a esta conclusión después de escuchar las propias declaraciones de los ex gobernantes aludidos y contrastarlos con la realidad, como también después de escuchar atentamente al ex congresista Guido Lombardi que formó parte de la comisión investigadora de los hechos, autor incluso de un informe en minoría.  De lo dicho por Lombardi queda claro además la pésima conducción policial del conflicto y una hipótesis terrible: que a pesar de haber sido informada - la policía- de que los indígenas habían acordado dejar la carretera el mismo 5 de junio, se ordenó el desalojo como para escarmentarlos, como si se hubiese querido establecer "que la letra con sangre entra"...

En la búsqueda de dejar en claro los hechos, el documental va más allá de lo fáctico. Aborda lo que hipócritamente no se quiere ver ni mucho menos explicar: que en el Perú cohabitan hombres y mujeres que piensan de una manera diferente a lo que habitualmente estamos acostumbrados a escuchar. Su racionalidad es otra, como otra es la prevaleciente racionalidad occidental. La lectura del experimentado Roger Rumrril sobre el tema es diáfana. Los hombres de la amazonía, como los de los Andes - a pesar de los cambios que se han producido en los últimos tiempos- mantienen una cosmovisión, usos, costumbres, idiomas, religiones y culturas que forman parte de su identidad y que de acuerdo al Convenio 169 de la OIT debe ser respetados.

Reconoce así el Convenio que los pueblos indígenas tienen "una relación especial" con las tierras y territorios que ocupan y usufructúan desde tiempos inmemoriales, a la que los Estados deben adecuar sus legislaciones. Desde el extractivismo en boga, expresión concreta del capitalismo salvaje vigente en nuestros tiempos, nada de ello cuenta. Examinen a conciencia los artículos, declaraciones y conferencias del señor García y me darán la razón.

¿Que ha cambiado en el país desde el 5 de junio del 2009 en que se produjo el Baguazo? Creo que muy poco o nada. El documental roza el tema presentando a un presidente Ollanta supuestamente justiciero, pero una cosa es el verbo y las promesas y otras cosas son los hechos. Que los enjuiciados de hoy en Bagua sigan siendo tratados como inculpados comunes y corrientes, sin tomar en cuenta su identidad particular, dice bastante, como también lo dicen los múltiples reclamos amazónicos desoidos por las autoridades actuales.

En esa misma perspectiva marchan la mayoría de los medios de comunicación, supuestamente plurales y democráticos. Su silencio o una lacerante como interesada desinformación sobre esas reivindicaciones, como sobre lo que está ocurriendo en el juicioo de Bagua, los pinta de cuerpo entero.

Son importantes por ello documentales como La espera, no se lo pierda.


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