jueves, 21 de noviembre de 2013

VERÓNIKA MENDOZA


La crisis política generada por el descubrimiento de una protección indebida a un operador fujimontesinista, ha amainado. Las declaraciones del presidente Ollanta, a pesar de dejar todavía muchos clarooscuros, y la presentación del premier en el congreso, respaldada finalmente por 74 votos, han servido para quitarle fuerza al tsunami aunque hay cabos todavía por atar.

Las miradas confluyen ahora hacia el congreso, donde deberá conformarse una comisión investigadora de los hechos Y aunque la ciudadanía no guarde mucha confianza en dichas comisiones - siempre hay muchos intereses en juego- la presión de las circunstancias podría alentar alguna esperanza sobre esas pesquisas.

Mucho dependerá de la presidencia de la comisión. Pareciera haber encallado la iniciativa del oficialismo por llevar esa investigación al seno de una comisión presidida por un ollantista; asimismo fujimoristas y apristas habrían también renunciado a ser la cabeza de ese ente, barajándose ahora nombres como los de Yehude Simon y Vitocho Belaúnde para asumir esa responsabilidad.

Creo sin embargo que hay mejores cartas. La congresista Verónika Mendoza es una de ellas. Nadie puede poner en cuestión su probidad ni su idoneidad profesional. Su juventud misma es una fortaleza para el desempeño de tan delicada misión, como lo es también la falta de compromisos políticos - en especial el nefasto toma y daca de la política criolla- que podrían echar sombras sobre su actividad.

La presencia del señor Tejada al frente de la Megacomisión que investiga al ex presidente García, es un buen antecedente. Se tiene que sembrar confianza para que se recupere la credibilidad en la política y en los políticos. La señora Mendoza, en ese sentido es una buena alternativa.

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