domingo, 7 de abril de 2013

FORTALEZAS DE TIERRA ADENTRO

Contamana.
Foto: La brújula del azar

No amigos, no todo está perdido. La deshumanización que caracteriza los tiempos que vivimos, al que nos ha llevado un orden basado en el egoismo y el lucro, y que nos está colocando prácticamente al borde de la indolencia animal, bien pueden convertirse en pesadillas pasajeras. Las esperanzas vienen de fuera, de tierra adentro, alimentadas por la misma pobreza y el olvido de poblaciones que suelen convertir el dolor de esa exclusión en fuerza multitudinaria, humana, para superar los percances vivenciales. 

Contamana, en la selva peruana, es un buen ejemplo de lo que estamos diciendo. Su precario campo de aterrizaje no tiene luz, pero cuando se trata de salvar vidas humanas - como acaba de ocurrir-la luz la pone la solidaridad de sus pobladores,de sus mototaxistas en primer lugar, que haciendo un alto en sus labores habituales y a despecho del valor del combustible, ponen sus máquinas a disposición de sus hermanos contamaninos, hasta que las avionetas de película que ahí existen puedan decolar. No será la última vez que ello ocurra porque la solidaridad - palabra excluida de los diccionarios del capitalismo salvaje- se ha convertido para los contamaninos en un valor ético irrenunciable. 

El otro ejemplo viene del sur del país, de Chacacupe, en el Cusco, donde niños y jóvenes, con el apoyo de sus padres, maestros, y autoridades muncipales han logrado ponerle música a sus vidas, desarrollando plenamente las facultades espirituales, creativas, que todo ser humano posee, pero que desgraciadamente trabajando de sol a sol les es imposible desarrollarlas. Contamana y Chacacupe son excelentes referencias de las fortalezas de nuestros pueblos.

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