Más sabe el diablo por viejo que por diablo, reza un viejo dicho, que bien puede aplicársele a don Isacc Humala, el padre del presidente Ollanta, suegro de doña Nadine, y que ha vuelto a alborar los mentideros limeños con los que algunos consideran declaraciones irreverentes para con la familia presidencial.
Si esas declaraciones las medimos con la vara de la hipocresía de los sectores que gustan del franeleo y de las medias verdades en su relación con los mandones del país, pues sí, don Isacc es un verdadero tumbalafiesta. Pero si en lugar de ellos evaluamos sus expresiones desde la experiencia del patriarca, que acercándose a la base 8 - si es que ya no está en ella -va corriendo con frescura y lucidez, tienen que coincidir conmigo en que lo dicho por don Isacc no son sino las verdades de un viejo - lo digo con respeto- conocedor de la política criolla y de las idas y vueltas de la vida misma.
El viejo Humala no es un improvisado en el quehacer político. En los años 50 del siglo XX fue el comisario de Vargas Llosa, cuando éste hizo sus pininos comunistas en la célula Cahuide que operaba en la universidad de San Marcos y todo el mundo sabe - aunque no lo comparta- de sus raciocinios etnocaceristas, con los que alimentó ideológicamente a sus hijos, incluido al presidente Ollanta.
Don Isaac entonces sabe lo que dice cuando enjuicia críticamente a su hijo por haber abandonado sus promesas electorales; como sabe de lo que habla cuando no ha tenido pelos en la lengua para expresar que su nuera. doña Nadine, "está borrachita" de poder. El poder embriaga, algunos dicen incluso que embrutece porque quienes lo ostentan pierden la perspectiva, se dejan seducir por lo que Lenin llamaba los dardos almibarados de la burguesía. Que doña Nadine no es la misma que cuando acompañaba a su consorte en los trajines electorales, es algo tan cierto como que dos más dos son cuatro. El semanario de Hildebrandt fue una de las primeras publicaciones en advertir la metamorfosis de la señora, gráficamente expresada ayer por Carlín, en una sensacional caricatura publicada en el diario La República.
La señora Nadine piensa y actúa como si ella compartiera el poder con su esposo. Si antes se cuidaba en expresarlo, ahora lo hace de una manera muy estudiada. Acaba de aparecer muy dura ella para enjuiciar los supuestos enredos financieros de su cuñado Alexis. Pregunto ¿A nombre de quien habla la señora si el cargo de primera dama es casi decorativo? El viejo Humala tiene entonces la razón para decir lo que todos ahora conocemos: reacciona como político, pero también como padre, a quien le han sembrado - abusivamente- un hijo en la base naval del Callao, al lado de Guzmán y Montesinos, y que sospecha que otro de sus hijos, Alexis, vaya a correr la misma suerte.
El patriarca de los Humala también se ha disparado contra el actual premier. Ha dicho que es un pendejo, creo que no le falta razón porque a ojo de buen cubero se ve que el premier navega con banderas de yo no sé nada, pero en los hechos está demostrando que sí, que se las sabe todas, como para recibir el amén de los sectores que apuestan por el continuismo neoliberal y el uso de la fuerza para resolver los reclamos populares.
En este marco se explica lo declarado por el viejo Humala: que el premier levanta la voz por los supuestos desarreglos de Alexis Humala, pero no dice nada contra los que parten la jamonada en el país, es decir contra los poderosos que hacen y deshacen. Yo agregaría algo más: esa fuerza con la que el señor Jimenez Mayor reclama contra Alexis Humala, no la ha puesto ni la pone para exigir que se investigue las 17 muertes de humildes ciudadanos peruanos, baleados todos ellos, por exigir que el presidente Humala cumpla con sus promesas electorales.
Como vemos, a don Isacc no le falta razón. Siga usted señor diciendo sus verdades, aunque les duela a los hipócritas y a los que creen que los viejos ya deben refundirse en sus cuarteles de invierno.
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