jueves, 13 de mayo de 2010

¡QUÉ BUEN CHANCHO!


Nota del editor.- Don Marco Martos, poeta, distinguido profesor sanmarquino, y Presidente de la Academia Peruana de la Lengua, ha comenzado a entregar al diario Perú21 el producto de un trabajo colectivo que tiene como objetivo dotar al país de un diccionario de peruanismos dentro de la lengua castellana, que estará terminado en el 2012. Chancho y conchán son los dos primeros peruanismos de los que se ha ocupado el poeta.

Originalmente, 'chancho’ es un término zoológico que designa al cerdo. En el Perú tiene catorce significados diferentes. Es un despectivo que significa sucio: es un chancho, no se baña; también significa gordo, obeso: pesa cien kilos, un verdadero chancho. Otro significado conocido es comelón: traga como un chancho. Lo usamos también para designar a quien comete acciones ruines o perversas: se portó como un chancho. Es también el eufemismo de eructo; en este caso aparece como diminutivo: sácale su chanchito. Chancho es también una alcancía para guardar dinero: me compré un chanchito y ya tengo cien soles guardados. En femenino, chancha, es el dinero recolectado entre varios amigos: hicimos una chancha y nos compramos un pollo a la brasa. Chancho es algo de poca calidad, generalmente un objeto: una licuadora marca chancho. Una persona lenta es también un chancho: llegó como un chancho, pasito a pasito. Chancho es una cochinilla de jardín, en ese caso es un chanchito, un arrancador de luz de fluorescente; es también la bobina del motor de arranque que permite ajustar la velocidad y algo muy conocido: las nalgas de una mujer. Tenemos además el chancho marino, la marsopa de color negro, y el chancho de monte, el puerco de la Amazonía de mandíbulas muy grandes. Si vamos al restaurante chino, al que llamamos chifa, no dejamos de comer un chancho al ajo.

Conchán

Hay palabras en el español que, estando en la modalidad lingüística de cada país, adquieren una súbita popularidad cuando son pronunciadas por un personaje conocido. Así ocurrió en 1990 con el vocablo 'cacaseno’, hombre despreciable, necio, que perteneciendo a la lengua general había sido casi olvidado en la comunidad peruana. Pronunciado por Mario Vargas Llosa en medio de la contienda electoral, fue acogido de inmediato por la gente y goza ahora de buena salud. Años más tarde, un congresista, Henry Pease –lamentándose de haber sido excluido de una comisión parlamentaria para formar, más bien, parte de otra de menor importancia–, dijo que le habían dado una comisión 'pichiruchi’, voz extendida en Perú, Bolivia y Chile, y que siendo espontánea y popular extendió su utilización de forma inmediata. Así está pasando ahora con el término 'conchán’, usado por un conocido actor de televisión en conflicto con su ex esposa. En principio, como lo documenta Alberto Tauro del Pino, se trata de un caserío de la provincia de Chota, Cajamarca, cuyo río lleva el mismo nombre; es también una playa situada al sur de Lima, donde tradicionalmente vivieron pescadores y se ha instalado una refinería de petróleo. En Perú, 'Conchán’ significa –referido a personas– descarado, que no tiene vergüenza. Es voz eufemística de 'conchudo’, persona desvergonzada, descarada, como 'conchú’, voz usada más en otros países. Una persona 'conchán’ es descarada, desfachatada. Curiosamente, 'conchudo’ tiene también otro sentido diferente: significa tener suerte, éxito.

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