domingo, 10 de enero de 2010

MUCHO MÁS
QUE VANDALISMO




Que no nos llame la atención el accionar de esos mozalbetes. La historia del Perú, en especial su pasado prehispánico, siempre ha sido tratado a patadas por quienes en el papel tienen la obligación de salvaguardarlo y de hacer de ese pasado un referente fundamental para entender el presente y proyectarnos al porvenir. Por eso es que afirmamos que lo ocurrido en Chan Chan, condenable sin duda, manifiesta el drama de un país que cuenta con un pasado milenario y ejemplar, pero que en la actualidad - por ejemplo-sólo interesa en cuanto pueda procurar ingresos a través del turismo, cuando lo fundamental debiera ser la búsqueda de la identificación de nuestros pueblos con esos monumentos, que expresan la sapiencia y la capacidad creativa de los hombres y mujeres que hace miles de años poblaron estas tierras. El Perú actual no puede explicarse sin esas bases históricas, económicas, sociales y culturales que construyeron esos pueblos en un proceso autónomo cortado por los españoles en 1532.
Todos piden hoy las cabezas de esos mozalbetes, la de sus padres y de sus profesores. Pocos, sin embargo, alzan su voz para decir que con ello no se soluciona el problema. ¿Cuántos monumentos históricos, prehispánicos o no han caido bajo la pica de la llamada modernidad, sin que los fiscales de hoy hayan dicho algo al respecto? ¿Cuántos monumentos históricos han desaparecido por la desidia o ignorancia de nuestras autoridades? ¿Cuántos monumentos históricos están siendo dañados por un turismo sin parámetros? Son algunas preguntas que suelen quedar sin respuesta o a las que se suelen dar respuestas a medias.
Que los jóvenes autores de ese acto vandálico deban ser sancionados es algo que no merece discusión. Pero que no se ceben en ellos quienes son responsables de un delito mayor: el de no haber movido nunca un dedo por generar identidad con ese pasado.

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