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El inmortal Indio Mayta
Julio Abanto Llaque
Miguel Angel Silva Rubio, conocido como “Indio Mayta”, es considerado como un verdadero icono de la cultura popular. Nació en la provincia de Celendín, Cajamarca el 25 de diciembre de 1931. Desde muy pequeño su vocación por el canto lo llevo a ganar premios en su colegio. A inicios de los cuarenta, su familia se traslada a la ciudad de Trujillo. Acostumbrado al duro trabajo del campo, tuvo que dedicarse a distintas labores, como: lustrador de zapatos, venta de periódicos y tamales. Cuenta que su primer trabajo como empleado en una fábrica de helados lo celebró con una fiesta: llegar al modesto puesto de empleado era un autentico progreso para quien había partido de la nada.
El impulso de su vocación hacia que siempre se las ingenie para cantar. Tuvo la oportunidad de participar en la compañía del folklore Inka del Perú. El siguiente paso fue su ingreso al ejercito a los 20 años de edad. En el cuartel de Talara todos los sábados se solía realizar eventos artísticos, ya para entonces adopta el pseudónimo de “El Indio Mayta” como un recuerdo a su origen y Mayta por el apellido materno de su madre, a quien siempre admiro. Las canciones que entonaba eran de su autoría. Un siguiente paso fue su ingreso a la entonces Guardia Republicana, pero su espíritu de artista fue más fuerte y después de cuatro años dejo el uniforme.
El año de 1957, graba sus primeros temas Tradicionales “Campanitas de Quiruvilca” y “Anillo de Oro”, una década después vuelve a los estudios de grabación. Su afán de superación lo llevan a estudiar en el Conservatorio Nacional y a seguir cursos de Arte Dramático. En los setenta se había convertido en un personaje medianamente popular. El gobierno militar lo había contratado para promover la Reforma Agraria y en una de sus giras conoció a un promotor que le brindaría la oportunidad de su vida: un viaje a México, en ese país se relaciona con su compatriota Pepe Ludmir, quien reconoció en el Indio Mayta un invalorable talento. La relación entre ambos fue duradera y fraterna. Entre muchas de sus presentaciones se le ofreció la oportunidad de participar en Cine: “México en Lima”, de esa manera regreso al Perú y posteriormente participó de dos películas más.
Tuvo también su paso por la televisión. Pepe Ludmir había hablado a los ejecutivos de Panamericana y gestionó su contratación en el Programa: “Danzas y Canciones” y luego para el Show de “Topo Gigio”, dos sintonizados programas de televisión local. De esa manera la figura de Migue Silva, se elevó y sus canciones e interpretaciones se convirtieron en símbolos de la población migrante de esos años: “El Serranito”, “Carolina”, “La Matarina”, entre otros forman parte de su amplia producción artística. Con mas de cincuenta años dedicados al canto su activa participación en eventos folclóricos, nos hablan de su calidad humana y profundo amor por su país.
“El Indio Mayta”, no solamente es un icono del canto vernácular del país, es un emprendedor luchador por la reivindicación del artista. Hace unos años fue condecorado por la Municipalidad Distrital de San Juan de Lurigancho, ya que es uno de nuestros más ilustres vecino y leyenda viva de la música peruana.
Muchos de nosotros hemos crecido con su música y temas como “El serranito”, sirvieron para mostrarnos el rostro de una Lima excluyente y una cruda realidad de la marginación. Sin embargo la risa contagiante y la burla ante el “patrón”, marcaron un carácter y una esperanza ante la eterna necesidad de surgir, este es el verdadero legado de Miguel Angel Silva. A sus 75 años y sólo en el Perú, un artista se ve obligado a seguir trabajando para sobrevivir, días completos entregados al arte sencillamente terminan por deteriorar la salud de cualquiera. Nuestro amigo necesita ayuda, esa ayuda que nos permite darle una vida digna y devolverle el aprecio y alegría que como músico y cantor nos supo regalar.
Hace poco lo escuche decir “hay indio para rato”, típico en él, cuando de no preocupar a su familia se trata, cuando uno le es adverso a la tristeza y cuando confía que dios y sus amigos no lo olvidaran. Ojalá, estas líneas puedan contribuir a extenderle la mano y lograr que la Municipalidad Distrital no se olvide que un verdadero reconocimiento no sólo esta en una medalla, sino en la valoración real de la calidad humana y en el apoyo en los momentos difíciles.
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