SÓLO QUERÍA
TU VIDA...
Yo sólo quise querer/yo sólo quise quererte/ yo nada te pude dar/ yo nada pude ofrecerte/ Sólo quería tu vida/ para vivirla contigo/ quisiera darte mi vida/ y la vivieras conmigo/
Se fue Lucho Silva, uno los grandes del bolero peruano. Curiosamente alzó vuelo silenciosamente, lejos de los alborotos románticos que solía generar cuando requinto en mano, al lado de Manuel Ortiz y Modesto Pastor, Los Morunos, se lanzaba a embelesarnos la vida con alguna de las clásicas composiciones del trío, que hace poco nada más cumpliera 50 años de estar cantándole al amor.
Porque Los Morunos aparecieron en 1958, en pleno auge del bolero y tras la huella de Los Panchos, pero también de los Tres Diamantes, Los Tres Caballeros, Los Tres Ases, o del trío Los Calaveras, famosos conjuntos mexicanos de esos años, todopoderosos señores de las románticas noches de plenilunio.
Manuel Ortiz, la emblemática primera voz, quien llegó a cantar con Los Panchos en una de las visitas de este trío a Lima, fue uno de los fundadores de Los Morunos. En 1978 se incorporaron Pastor y Silva, éste último como primera guitarra, arreglista y director musical. Ya había pasado el boom del bolero, pero en el Perú seguía vigente, recreándose en las voces y guitarras de Los Morunos, pero también en las canciones de Lucho Barrios, Pedrito Otiniano, Iván Cruz y otros, cada cual con sus respectivas fanaticadas.
Seguramente que para muchos, culebríticos como los tiempos que vivimos, amantes por tanto del choque y fuga o de las relaciones virtuales, el bolero resulta algo así como una antigualla pesada del siglo XX, propia para los adultos mayores. No saben lo que se han perdido, porque el bolero era y sigue siendo todavía algo así como el ábrete sésamo de los corazones enamorados, pero también tienen mucho de los dados, que se lanzaban para ganar o perder en el juego del amor. Por ello es que "jugué y perdí" sigue siendo una expresión de antología en el hablar de los enamorados.
Lucho Silva ya no está físicamente con nosotros, pero para bien de los corazones apasionados quedan sus arreglos musicales, y sus arpegios, únicos para canciones como "Motivos", "Apaga la tele", "Esta cobardía", "Este bolero moruno" y muchos otros que estoy seguro seguirán escuchándose mientras haya ganas de seguir enamorándose.
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