La
foto es del diario El Comercio, revela lo de siempre: las inclemencias
de la naturaleza en el Perú, unas veces son las sequías, otras las
lluvias torrenciales con su secuela de huaycos o el
fenómeno de El Niño; esta vez, siempre en
Puno y en las áreas altoandinas, son las nevadas las que destruyen casas, vidas de humanos y animales,
sembríos trabajosamente logrados.
Así ha sido siempre, está escrito,
también registrado en la memoria de los pueblos, de los desposeídos, de
los que solamente son un número en el Perú oficial, si acaso les alcanzó
el censo. Y la reacción oficial, gubernamental, también está estampada en la memoria de esos
miles de miles de hombres y mujeres: nunca llega a tiempo, porque la
imprevisión es una constante en un país donde la desigualdad y el olvido
es el pan de cada día de los pobres de Costa, Sierra y Selva.
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