Más allá de diferencias en las cifras,
producto seguramente de las diversas metodologías empleadas - dejemos
que los metodólogos hagan su trabajo- lo contundente de las últimas
encuestas publicadas es que los seguidores del ¡No a la revocación de la
alcaldesa de Lima! se multiplican por toda la capital. Justo premio
para quienes, promotores y seguidores, a puro punche, creatividad y
alegría han sabido remontar la
gigantesca campaña del Sí, de los tigres de papel que aupados en la
desinformación, la mentira y la irracionalidad han logrado importantes
niveles de simpatía.
Lo peor, sin embargo, que podría ocurrir hoy es
que el triunfalismo se desborde en las filas del ¡No! y piensen que la
batalla ya está ganada. Lo hecho hasta el momento demuestra que es posible
marchar cuesta arriba cuando se tiene la verdad en las manos y la
decisión de confundirse con las masas, estén éstas donde estén. Hay que
perseverar en ese trabajo intenso, vibrante, creativo, indesmayable.
Las
ideas fuerza ya están dadas: democracia, dignidad, decencia,
ciudadanía... lo que se está haciendo ahora es hacer que ellas sean
sangre y carne de los ausentes de siempre, de los olvidados, de los
marginados de la ciudad a quienes las oligarquías de todos los tiempos
les han dicho siempre que la democracia no se come...
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