sábado, 15 de agosto de 2020

MAMANI

 

Moisés Mamani, el ex congresista naranja, ha muerto tal y como vivió: en medio de las sombras. Se lleva a la tumba los secretos de un trajinar llamativo, que empezó en el modesto distrito puneño de Moho, al pie del Titicaca, y terminó en el exclusivo distrito de San Isidro, en Lima. Tenía 50 años cuando la parca se hizo presente en sus aposentos y ¡zas! se lo levantó.

Mamani, como obra en los archivos del Jurado Nacional de Elecciones, en la fiscalía puneña, y en los medios informativos, no tenía hoja de vida, lo que él poseía era un prontuario.

Fue un hombre de billete, un millonario, pero nunca dijo a cuanto ascendía realmente su fortuna, como tampoco reveló como lo hizo, cuál era el negocio. Para la fiscalía ahí hubo lavado de activos. Sus empresas aparecían y desaparecían como por arte de magia. Eso sí, tenía buenos ganchos en el Estado para sus negocios de seguridad o de transporte, o para cubrirse las espaldas.

El afortunado Mamani saltó a la popularidad con los tristemente célebres kenjivideos, que enlodaron a los ganapanes del engreído del viejo Fujimori, al ministro Giufra y al propio PPK. Pero con anterioridad, además de los cargos de la fiscalía arriba anotados, llevaba en la mochila una denuncia por no pagar la manutención de una hija. Sin embargo, los palmarés de su prontuario se los llevaría por la denuncia de acoso sexual presentada por una aeromoza.

Mamani, visiblemente pasado de copas le cogió el poto a la susodicha, para después ante la chilla general bajar velozmente del avión. La mano del ¡zas! pasaría a la historia en un video que el mismo acosador con todo desparpajo se encargó de grabar.

¿Tenía Mamani algún grado académico o título? Ingresó a una universidad de Juliaca, pero falsificando certificados de estudios, como la fiscalía lo acreditó. Ahí terminó su carrera universitaria.

Con ese prontuario, gruesamente indicado, Mamani estaba listo para ingresar a la política, tal y como en los tiempos actuales se entiende. Candidateó a la alcaldía de su pueblo en el 2006, por una agrupación llamada Unidos por el Desarrollo. Fracasó. En el 2010 volvió a la carga, esta vez con el Frente Amplio y al mismo municipio. Tampoco la vio. Hasta que en el 2016, con el número 1 de la lista de Fuerza Popular, la achuntó para incorporarse al congreso. ¿Cómo hizo para ir en el primer lugar por Puno? El poderoso don dinero tiene la respuesta.

Se pueden decir muchas cosas sobre Mamani y su prontuario. Lo que quiero que quede en claro es que el hoy finado es el prototipo de los "políticos" que en las última décadas han emergido en el país, particularmente en provincias. En el contexto de la expansión violenta del capitalismo, donde lo legal se cruza con lo ilegal, y que ha acarreado, además, la pulverización de principios y valores, se han amasado fortunas oscuras; y han aparecido invidualidades como Mamani, dispuestos a hacer carrera "política", para seguir engordando sus faltriqueras.

El congreso de nuestros días, me remito a las movidas de las últimas semanas, está poblado de muchos Mamanis, tan mafiosos como el original. Les interesa un ajo la vida, la salud, el bienestar, el futuro de nuestros pueblos. A lo único que aspiran es a medrar. Y esto no es política, es basura.

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