martes, 24 de noviembre de 2015

UNA DERECHA SIN LUCES


El descubrimiento de que algunas partes del llamado Plan Bicentenario del Apra hayan sido plagiados no debe llamarnos la atención. Como tampoco debe escandalizarnos que el candidato Acuña, muy orondamente, haya confesado que a él no le gusta lee ni escribir, aunque si le agrada manejar "plata como cancha". ¿Y en este terreno de las ideas y propuestas le conocen algo trascendente a los otros candidatos de la derecha?  Estoy seguro que así recurran a la famosa linterna de Diógenes - con la que buscaba un hombre verdadero- no encontrarán ni en ellos ni en sus agrupaciones políticas nada que merezca ser resaltado.

La derecha en el Perú  es cero balas cero puntos en lo que a trabajo intelectual se refiere. El hecho mismo que desde hace 25 años - a través de su tecnocracia- siga manejando económicamente el país bajo los parámetros de un modelo, diseñado, trabajado y perfilado por entes foráneos como el FMI y el Banco Mundial, con propuestas -léase mejor libretos- valederos para todos los confines del mundo, al margen o en contra de las particularidades económicas y sociales de esos espacios, de sus fortalezas o debilidades, lo dice todo.

Parafaseando a Joseph E. Stiglitz,  Premio Nobel de Economía, esos tecnócratas, operadores del neoliberalismo - con el aplauso de sus auspiciadores y beneficiarios- han dejado de ser economistas - en el más amplio sentido del término- para convertirse en hinchas, en barra brava, del capitalismo de libre mercado.  El mismo Stiglitz había escrito con anterioridad que no basta - como esos hinchas afirman con terquedad- que la economía de un país como el nuestro se abra al mundo exterior para recoger, como por arte de magia, los frutos del desarrollo. 

En ese sentido, la derecha sigue actuando como el inefable Carlos Boloña lo reclamaba en los 90: no hay que descubrir  la pólvora, decía este señor que fue a parar con sus huesos a la cárcel. Según él para salir de los problemas económicos que nos agobiaban solamente había que copiar lo hecho en países como Suiza, Alemania o Estados Unidos. No hacerlo, afirmaba, revelaba "un inaceptable complejo de inferioridad".

Esa es la línea de pensamiento que revela el ex presidente García en la explicación de sus ideas sobre El síndrome del perro del hortelano:  https://www.youtube.com/watch?v=Tw-s1YmPSZk  para quien bastaba con entrar a saco a la Amazonía para  aprovechar sus riquezas. ¿Resultados?  Bagua nos da la respuesta.

En resumen, el escandalete de los plagios en el Plan Bicentenario del Apra saca a la luz un problema mayor en el seno de la derecha: no tienen luces, a lo único que se aferran es a dar vueltas y vueltas sobre las reformas neoliberales de los 90; siendo incluso más papistas que el Papa en lo que atañe a la aplicación de las recetas que vienen de afuera, con tal de mantener incólume un modelo que ha hecho más ricos a los ricos, como el propio Vargas Llosa - gran ideólogo del mismo- lo ha aceptado.

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