lunes, 29 de marzo de 2010

PROSTITUCIÓN
ALIMENTARIA



César Lévano

Sólo una coima millonaria, un acto de prostitución alimentaria, puede explicar que el régimen de Alan García haya decidido retirar del Código de Consumo la obligación de informar sobre componentes transgénicos en los alimentos.
En todo el mundo hay alarma sobre los organismos genéticamente modificados. Hace algunos meses, Francia prohibió el empleo de maíz transgénico, por múltiples razones. En primer lugar, no hay investigaciones que demuestren que esos productos no dañan, en el corto, mediano o largo plazo, la salud.
Lo que sí está demostrado es que el cultivo con semillas transgénicas daña la agricultura y conduce a la esterilización del suelo. Atenta asimismo contra la biodiversidad. La rica variedad de la papa y el maíz del Perú pueden ser reemplazados por una monótona semilla única.
Walter Pengue, ingeniero agrónomo de la Universidad de Buenos Aires especializado en selección genética, informó a la revista francesa L’Express, edición del 14 de febrero de 2008, sobre los resultados de la semilla modificada Roundup Ready que se emplea en el agro argentino. Las evidencias indican que las malas yerbas son resistentes a ese producto.
Algo más, el suelo se vuelve adicto al glifosato de la semilla generada por la compañía Monsanto, que afirmaba que la tecnología Roundup Ready reducía el consumo de herbicidas.
Jesús Bello, agricultor de la pampa argentina, señaló la falsedad de esa propaganda: “Yo realizo dos aplicaciones de glifosato, una después de las semillas, otra dos meses antes de la cosecha. Al comienzo empleaba dos litros de herbicida por hectárea, ahora necesito el doble”.
Además, el Roundup tiende a volver estéril el suelo. “Consumo cada vez más abono”, declaró Bello, “si no, los rendimientos se hunden”.
En Francia, se acaba de abrir una polémica debido a que la Comisión Europea sobre Seguridad Alimentaria había autorizado el cultivo de la papa transgénica.
Le Monde señaló, el 13 de este mes, que Chantal Jouanno, secretaria de Estado francesa para la Ecología, ha protestado contra esa decisión.“Francia y el conjunto de países europeos, por unanimidad, habían pedido, en diciembre de 2008, que la Comisión europea cambiara su procedimiento. No lo ha hecho”, explicó Jouanno.
Un instituto estadounidense citado por Le Monde calcula que en el mundo 134 millones de hectáreas estaban cubiertas en 2009 por transgénicos (en gran parte producidos por Monsanto). Un aumento de 7% respecto de 2008.Subraya Le Monde: “De los 14 millones de agricultores involucrados en el cultivo de transgénicos, sólo 10% viven en los países industrializados.”El Congreso de la República debería iniciar una investigación sobre el contrabando alimentario que se nos quiere hacer tragar, y exigir al Ejecutivo que explique su sospechosa propuesta.

La Primera
29-03-10

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