Como decían los abuelos, el señor Castañeda,
ex alcalde de Lima, piensa que los limeños somos caídos del palto. Ayer
reapareció para decirnos prácticamente que él no tenía nada que ver con
la pretendida revocatoria de la alcaldesa Villarán. "Mi silencio es una
cortesía" dijo muy virginalmente. Efectivamente no ha hablado, pero ha
actuado, en tanto que es muy dificil de que en un partido de caudillos
- como son los partidos políticos en el Perú- lo hecho por Solidaridad
Nacional desde la primera quincena de enero de 2011 en pro de la
revocatoria de la burgomaestre se haya efectuado de espaldas a la
voluntad del señor Castañeda.
Y digo enero del 2011, porque si bien el
señor Marco Tulio compró los kits electorales de la revocatoria en enero
del 2012, fue un año atrás, después de la primera sesión del municipio
limeño, cuando el señor Menchola, ex congresista solidario, lanzó la
idea de la revocatoria. "Para diciembre deben estar como pavo de
navidad" dijo groseramente.
¿Qué había pasado en esa primera sesión del
municipio? Pues sencillamente se hizo lo que toda gestión decente tenía
que hacer al ponerse al frente del municipio limeño: formar una
comisión investigadora para el caso Comunicore. Ante ello, el señor
Castañeda y su partido le bajaron el dedo a la señora Villarán. Hacía
quince días -enero del 2011- que la señora Villarán se había sentado en
el sillón de la alcaldía limeña...
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